
Mucha gente habla de Iván Zulueta elevándole al Olimpo del séptimo arte creyendo (erróneamente) que tan solo realizó una película, la magistral "Arrebato". Lo que estos olvidan es que la carrera audiovisual de Zulueta fue muy rica en cuanto a producción aunque estuvieran muy alejadas de lo convencional. En su filmografía se cuentan al menos 18 cortometrajes de gran interés contando con su producción para televisión donde destaca sobre todo la estupenda "Párpados" (donde repetía protagonismo (como en su obra cumbre, "Arrebato") Eusebio Poncela). Pero en cuanto a su proyección como realizador de largometrajes no corrió mucha suerte llevando a cabo únicamente dos títulos: la inolvidable "Arrebato" y, unos diez años antes, "Un, dos, tres... al escondite inglés".
La historia de esta producción tiene cola, pues fue un proyecto que llevó a cabo José Luis Borau (el cual ejercía de padrino de algunos realizadores de la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC) española) con su recién montada productora El Imán y que dejó en las manos de tres promesas (más tarde se convertirían en nombres de sobra conocidos) de la EOC como lo eran Antonio Gasset, Jaime Chávarri e Iván Zulueta. El film era una crítica en clave de humor al festival de Eurovisión, el cual acababa de haber ganado España gracias a la actuación de Massiel y su "La, la, la", y para llevarlo a cabo Borau creyó que la mejor opción sería Iván Zulueta, quien aparte de haber demostrado talento como realizador y diseñador (con un sentido único para la estética) había dirigido el programa "Último Grito", presentado por José María Iñigo y producido por Pedro Olea, que se trataba de un magazine sobre las últimas tendencias de la época (cosa que tenía mucho que ver con la temática y estética de la película que se pretendía realizar). Finalmente recaería la labor tanto de diseñador de decorados, como de guionista (junto a Jaime Chávarri) y director en Zulueta. El film se estrenó en 1969 en Cannes y no sería hasta un año después (debido a su arriesgada propuesta experimental) que vería su estreno en España aunque con la consecuencia (debido a normas sindicales de la época) de que el nombre de Iván Zulueta no fue acreditado como el de director de la película pues carecía del carnet del sindicato debido a que había dejado la EOC antes de finalizar sus estudios, por lo que en los títulos de crédito fue acreditado José Luis Borau como el director del artefacto.
Iván Zulueta (manejando el cotarro)
El film en rasgos generales es un bodrio como una casa muy hijo de su tiempo y a día de hoy un título completamente desfasado en el que se nos muestra como un grupo de ye-yés (con claras connotaciones terroristas) eliminan (matándoles de diversas y delirantes formas) a grupos musicales famosos (entre otros Fórmula V) que son seleccionados para interpretar la nueva canción propuesta para representar a España en el festival de Mundocanal (clara alusión a Eurovisión). Estos grupos van siendo eliminados por los protas con la esperanza de que finalmente a la organización del festival no le quede más remedio que seleccionarles a ellos para representar la canción y así liarla parda y denunciar la desfachatez del festival en riguroso directo.

Un título a medio camino entre lo generacional y lo llanamente alimenticio que resulta curioso como dato histórico en la cinematografía española pero poco recomendable a la hora de digerirlo.
Os dejo con sus míticos créditos: